Wednesday, August 05, 2009

El niño y su burbuja


Así como existía una niña que tenía una burbuja, en esta historia nos referimos a su contraparte, pues siempre debe haber un equilibrio en la vida y en nuestro caso, tenemos a un niño que también vivía en una burbuja, pero a diferencia de la niña, su burbuja no se situaba en un lugar lleno de nubes de algodón y caramelos de sensación. Este niño más osado, tal vez más bruto, es cosa suya juzgar, se fue a vivir con su burbuja a la tierra, para así poder compartir y tratar de comprender esas sensaciones de las que hablaban aquellos descabellados humanos, cuentos tales como el amor y la amistad no eran algo muy entendible en su vocabulario, y a pesar que aprendió a convivir con la gente, nunca lo sintió como algo demasiado cierto, y más aún distantes de ser una verdad.
Por suerte, un día este niño, conoció a un hombre, el gran amigo de su vida, que con sus ojos llenos de bondad y cara llena de amor fue capaz de romper esa coraza que si bien se veía débil, era tan fuerte que la única forma de entrar era con el permiso del dueño. Este gran amigo que conoció le mostro las virtudes de querer, confiar y lo valioso que eran los amigos en la vida, inclusive en una burbuja, pues uno en la vida sinceramente no se encuentra solo, y el niño gracias a su amigo lo pudo comprender dejándolo entrar a su burbuja y hasta el día de hoy no se arrepiente, pues siempre ha tenido un alma gemela con quien compartir sus emociones, triunfos, tristezas e incluso los llantos escondidos en lo más recóndito del niño que tenia por hogar una burbuja.
Aun así el niño se seguía sintiendo solo, y a pesar que con el tiempo fue juntando un considerable número de conocidos y amigos, la soledad era el único camino que podía conocer al parecer, pues no estaba viviendo, sino que simplemente se encontraba aprendiendo a convivir con el resto, no los aceptaba, le era imposible, pero al menos sus buenos amigos le mostraban que a veces solo se tenía que tolerar y compartir con lo que se tiene alrededor, ya que ellos le hablaban de musas y criaturas mitológicas que emanaban sentimientos tan bellos que incluso el ser más aislado y retraído sería capaz de dejar de lado su mundo para entrar al paraíso llamado tierra, pero simplemente el joven no podía comprenderlo, le era imposible de entender. Y la vida de él siguió por mucho tiempo vagando en los bordes de la tolerancia, pero nunca pudiendo aceptar, pues el resto era impío y poco honesto en su actuar, cosa que para él, era algo imperdonable…
Todo esto siguió hasta que un día algo en las nubes le llamo la atención, se trataba de una niña que también tenía una burbuja, solo que ella en su mundo interior se veía tan feliz que nuestro protagonista no podía comprender como su símil, una persona de sus características fuera así de feliz. Por esas cosas de la vida, los seres del universo un día programaron una cita a ciegas, ninguno de los dos sabia a lo que iba, pues la niña acababa de sufrir algo que no iba a demostrar, y el niño seguía inmerso en su trance subliminal el cual lo hacía vagar en el mundo que para él era oscuro y raro. Cuando la cita se dio, ocurrió algo simplemente mágico, el niño encontró una persona como él, de carne y hueso, ninguno pertenecía a este mundo, pero ambos si pertenecían al del otro pues eran su contraparte, y a pesar que ambos tenían un encanto del cual otros se apoyaban, esto dejó de importar y pasaron largos momentos de esa noche, y otras, comunicándose y compartiendo sus sueños y esperanzas, sus experiencias en la burbuja y todo lo que se relacionaba al devenir en sus vidas, ya que no solo hablaban del pasado, compartían su presente y sin darse cuenta estaban comenzado a unir su futuro.
El niño, por su inocencia y orgullo, no se daba cuenta que estaba en presencia de la musa aquella que todo el mundo hablaba y comentaba, por lo que simplemente seguía conversando y compartiendo sus anhelos con ella, mientras la escuchaba maravillado del mundo de nubes de algodón del cual ella le hablaba. Como es de esperar comenzaron a formar una relación, en la cual dos seres inadaptados (y no desadaptados) se encontraban ante la posibilidad de poder formar su propio mundo, a partir de lo mejor de cada uno de los propios, y dejando de la lado todo lo malo del antiguo e incluso de los suyos, ocurriendo algo bello, estaban dejando de amarse solamente a ellos mismos.
Todo siguió su curso natural, hasta que un día el niño comprendió cual tenía que ser su siguiente paso, salirse de la burbuja y comenzar a vivir las cosas como debían ser, pues su musa le mostró algo que nunca había visto y comprendía, que la vida es una y solo quedaba vivirla y disfrutarla, lo cual si bien al comienzo fue algo chocante de enfrentar, pues el niño nunca había tenido la disposición de compartir y entregar su mundo, muchos menos aceptar el de otros en el propio, por lo que con el tiempo comenzó a comprender que esa gente impía y mentirosa, e incluso su propia niña de la burbuja a pesar de tener muchos errores y elementos a desfavor seguían siendo felices y viviendo lo que era la vida, por lo que en los inicios el joven de la burbuja se encontraba en estado de shock, no podía comprender que había un mundo más allá del suyo, y menos aún que esos mundos también estaban bien, por lo que se decidió a salir de su burbuja y comenzar a experimentar, lo cual fue muy doloroso, pues si bien aún contaba con su cuerpo como coraza y las piedras y rocas no le hacían daño, tal vez lo herían, pero estas regeneraban tan rápido que apenas dejaban una huella o cicatriz en su cuerpo. Sin embargo, el shock producido por el actuar de los otros le seguían produciendo sentimientos de repudio los cuales si bien los sabía tolerar, le seguían haciendo daño.
Un día, el niño pensó ¿y si yo erro juzgándolos? ¿También estaré siendo como ellos? No podía creerlo, siquiera asimilarlo, pues eso llegaba a implicar que todo el tiempo en su burbuja había sido una pérdida de este, y eso no lo iba a tolerar, mucho menos aceptar. Hasta que con el contacto con su niña, si ella la de la burbuja, comenzó a comprender que quizás podía ser y por lo que también la invito a visitar la tierra cuando él descendiese a esta, cosa que también a la niña le causo cierto malestar al comienzo, pero que por esas cosas de la vida, ella se pudo adaptar mucho mejor a este paraíso terrenal llamado tierra. Tan fuerte fue la fuerza de adaptación de la niña, que ella también podía hacer amigos y comportarse como esos seres terrestres, lo cual fue una gran decepción para el hombre de la burbuja, pues su musa también podía ser humana y él al parecer no. Por lo que luego de muchos debates y sentimientos raros que comenzaba a enfrentar, tuvo que dejar ir a su niña, pues ella se estaba volviendo humana como el resto, pero aún así lo que le llamaba la atención, era que ella seguía siendo feliz en la tierra, por lo que tras mucho pensar y meditar, solo podía ver los defectos de aquella niña; que ella tenía una burbuja pero sólo porque le había tocado estar en una, pero que en verdad era un ser humano lleno de cosas malas como el resto, por lo que se alejó de ella, pensando que había malgastado su tiempo en querer compartir con otros, pues él estaba destinado a la soledad como bien sabía.
Con el pasar de los días, el niño comenzó a enfrentar sensaciones y deseos raros, pues a pesar de saber las falencias de aquella niña, solo esta persona podía llenar el vacío que había generado, por lo que el niño comprendió que debía devolverla a su burbuja, de manera que hizo de todo para atraerla; la niña de gran corazón, intento convivir con él, pero ella no se podía sentir completamente feliz, ya que ella también había creado lazos con la gente de la tierra, y por lo que por mucho tiempo, la niña se quedó con este solitario niño, todo a causa del gran amor que sentía por él, pues su corazón se había hecho para amar a toda costa, incluso dejando de lado ciertas personas o elementos que también le podían brindar felicidad. Fue así como pasó el tiempo y la niña comprendió que su felicidad no podía completarse si no volvía a la tierra, por lo que intento persuadir al niño que fuera con ella, pero como siempre el niño terco y obstinado se quedo sólo en su burbuja, rememorando de a poco los sentimientos de soledad que ya lo estaban comenzando a agobiar y cansar.
Fue así que un día, el niño se decidió a salir en búsqueda de su niña, y comenzó a ver la felicidad del mundo, que si bien todavía lo tenían un poco en shock, lo comenzaban a alegrar, pues iba en busca de su amor, comprendiendo que las cosas no sólo podían ser a su manera, que las musas para poder ser lo que realmente son, tienen que estar en su ambiente, y si su niña tenía que vivir en la tierra, el estaría dispuesto a sacrificarse e intentar estar en ella. Fue de esta forma, que el niño compartiendo con la niña experimentó más felicidad que nunca, comprendió que aquellas musas y seres mitológicos, emanaban un sentimiento que todos conocían y lo llamaban amor, y no importaba donde estuviera, pues el amor era un dar y recibir, un compartir con otra persona, poder dejar de lado cosas para que la otra alma se sintiese contenta, por lo que movido por su nuevo combustible de amor, decidió dejar su burbuja y comenzar a vivir en la tierra.
Como no todo es sencillo, el niño tenía problemas para convivir con las diferencias de otros e incluso los de su niña, por lo que comenzó a hacer daño al resto. Al ver que su actuar le restaba felicidad a otros, pudo comprender que él no era el ser perfecto que creía ser, sino que el también era un humano como el resto de los niños y niñas que habitan este campo elíseo, que no tenía porque estar siempre en lo correcto, que a pesar de sus imperfecciones no tenia que vivir encerrado en su burbuja, pues simplemente era mucho mejor experimentar ese sentimiento que todos nombraban por amor. Si bien esto no fue algo sencillo, el amor que sentía por aquella musa de la burbuja, lo hizo aprender a aceptarse, aceptar al resto y convivir en paz con todos.
Hoy en día, el niño ha comprendido que las cosas no tiene porque ser perfectas, y que así como su niña tiene muchos errores y malos hábitos, él también los tiene, pero que es mucho mas fuerte aquella sensación de bienestar que solo la niña le puede brindar, pues ha encontrado algo que muchos buscan y no encuentran, y es sentirse querido y complementado por otro ser, ahora él sabe que no se encuentra sólo en el mundo y que tiene una compañera con quien poder enfrentar las cosas, y si bien le quedan muchas cosas por aceptar e incluso conocer, el amor por aquella niña lo tienen con la disposición de seguir adelante, pues ni siquiera él mismo está preparado para todo, pero ya comprendió que vivir en la tierra con el resto es incomparable a la soledad de su burbuja, pues es en la tierra que se encuentra su amor.
Por lo que para evitar la tentación, y movido por el amor de su niña, ha reventado la burbuja, con la convicción de que todo será mejor, pues la tiene a ella y muchas veces eso es más que suficiente para curar ese mal angustioso llamado soledad… Todo gracias a esa sensación indescriptible y poco definible por palabras, pero que todos llamamos amor.

A ti Amor