A despertar, que el muro se debe llenar

Duermo para despertar, pues es prácticamente un renacer, empezar un nuevo día, pero con el plus de ya conocer, continuar el legado que se va dejando, pues en una forma algo retorcida, estamos venciendo a la muerte; dejamos toda posible consciencia, pero nuestro cuerpo y mente se mantienen activos, para luego en algún momento, hacer una conexión que nos vuelve a despertar, pues no siempre estamos despierto. Y acaso aun despiertos, ¿estamos conscientes de lo que vivimos? La vida es un juego, en el cual si no arriesgamos nada, no ganamos, y es fome, monótono, incluso, ausente de vida, pues como seres humanos que somos, tenemos una racionalidad que nos permite optar, y si no la usamos, no estamos viviendo, simplemente estamos ausentes de lo que podríamos decir que es vivir prósperamente.

Ahora muchos dirán, pero es un mecanismo de defensa, quizás a veces es mejor ausentarse y esconderse, bueno, haciendo eso simplemente estamos perdiendo antes de jugar, no nos damos oportunidad de ganar. Pues amigo, si tu esperas vivir preguntándote cómo será todo, estas dormido, y para los mallas, si tu espíritu duermes, no estas vivo.
Hablando solo por mi, a mi me gusta experimentar, sentir nuevas emociones, buscar lo desconocido y vivirlo, y a veces dentro de lo cotidiano encontramos placeres tan confortantes, que dan sazón al acto de estar despiertos, como por ejemplo, a mi me encanta el ver una película acostado, y tratar de conectarme con los actores que la realizan, es tonto e incluso quizás algo escapista, pero es una sensación que me gusta, así como también besar esa chica que me encrespa el estomago...
Todos estos días, he estado pensando en que si estamos despiertos, debemos de tener un pasado, que refleje y cimiento nuestro estar, que valide el acto de la consciencia, y es por eso que me puse a pensar en hacer un muro de los recuerdos, un acto bien sencillo, pero que de momento que yo pase por el, vea todo lo que he vivido, y me haga tener ganas de vivir mas. Y es que en este muro, es donde nosotros plagamos nuestro legado en vida, que no es ni mas ni menos, que estar vivos, aprovecharla y disfrutarla, y esto es una obra que dejamos tanto para nosotros, como para el resto, pues quienes nos quieren y apoyan, son felices de ver que sus seres amados, son felices, que ellos contribuyen.
El gesto y la señal de amor que regalamos o nos regalan, nos curten y nutren como personas, fecundan la buena voluntad y el buen vivir para el alma, y nos sanan de todo posible malestar o enfermedad, ya que todo nos demuestra que hemos vivido, y eso incluso mis amigos, vence a la muerte, porque aunque la vida se acabe, seguiremos presentes siempre entre los queridos, e incluso en todo, pues lo que se construirá alrededor de nosotros, nos tendrá como artífices, pues vivimos y construimos nuestro entorno.